Una de las consecuencias más notorias de la aparición
de los smartphones y demás dispositivos móviles es el impacto que han
tenido en nuestra vida social y no hablo de la gran conectividad que
este objeto omnipresente nos otorga.
¿Hay algo peor que ese ojo que se desliza impunemente hacia la mano que sujeta el teléfono mientras mantenemos una conversación?
Absorbidos por un mundo virtual, en
detrimento del real, nos estamos convirtiendo en una sociedad de
nomofóbicos amparados en la ausencia de toda norma de conducta, en
zombies que deambulan sin escucharse ni mirarse a los ojos gran parte
del tiempo que se supone comparten en un mismo espacio.
No obstante, ya se están perfilando toda una serie reglas de buena conducta que voy a tratar de resumirles en este artículo.
Los diez mandamientos
Los diez mandamientos
- Respetarás a quien tienes enfrente
- No pondrás el celular encima de la mesa cuando comes acompañado.
- El teléfono en silencio hasta el fin de la comida cuando comes acompañado.
- No poner música a todo volúmen.
- No hablar en voz alta en lugares públicos.
- Respeta a trabajadores en lugares públicos.
- No ignores los lugares silenciosos, apaga tu celular.
- Evita hablar por el celular estando en el baño.
- No textear mientras se conduce un vehículo.
- Da ejemplo a tus hijos acatando estas normas.
Aunque hay gran divergencia de opiniones al
respecto, parece haber un consenso en torno a diez normas de etiqueta
con celulares, empezando por la idea de que la persona que nos acompaña
físicamente tiene "prioridad absoluta" y una charla en Facebook,
consultar correos electrónicos o actualizar Twitter no es excusa.
Cuando estamos en un restaurante, poner el
smartphone sobre la mesa es como decirle al otro que estamos esperando
que se presente algo mejor. La regla es ponerlo donde no sea visible y
en silencio durante toda la cena.
Pero si eso resulta demasiado doloroso, otra
opción es ponerle una funda o colocarlo hacia abajo, dando a entender
que sólo se usará cuando es estrictamente necesario. Y si alguien te
llama, lo más correcto es disculparse y apartarse de la mesa para
hablar.
Ni la música a todo volumen y ni las
conversaciones a voz en grito son aceptables en público, y tampoco lo es
entrar hablando con el teléfono en el baño. Ni lo agradecen los que
están dentro en el caso de un excusado público, ni la persona que está
al otro lado de la línea (especialmente cuando oigan que se tira la
cadena).
Otra muy importante, es que las personas que
trabajan de cajeros, mozos y en general de cara al público merecen
respeto, y hablar por teléfono o estar pendientes de la pantalla
mientras nos atienden no sólo es desconsiderado para con ellos sino que
además frena el servicio y obliga a otros a esperar más.
Sin olvidarnos de la norma más extendida, que es
la de apagar nuestro teléfono en lugares silenciosos como la
biblioteca, el cine y el teatro, y en estos dos últimos casos lo mismo
aplica para la luz de la pantalla, que puede ser muy molesta para los
demás.
El amor y el smartphone no combinan
En 2011 el columnista de la revista Forbes,
Michael Matthews creó también una serie de normas de conducta con
smartphones para citas románticas, con el fin de asegurar que el
encuentro sea "sólo entre ustedes dos y nadie más", empezando por el
momento de arreglar la cita: "llama, no envíes un texto. Aunque no sepas
si es un encuentro de amigos o una cita romántica. LLAMA".
Según Matthews, si ha llegado el momento
esperado y tenemos que atender una llamada o mensaje importante, hay que
notificárselo a la otra persona dando detalles. Pero tienen que ser
cosas tipo llamada de mi jefe o los detalles del funeral de mi abuelita,
si no, no sirve.
Cada vez son más frecuentes las páginas de
internet o aplicaciones que te permiten encontrar ofertas en
restaurantes, cine, teatros u otro tipo de actividades. Según el
columnista, es mejor evitar estas ofertas en la primera cita y si
llegamos a hacerlo, mejor dejar claro que es porque queremos probar este
sitio, no porque queremos ahorrar plata.
Evitar a toda costa sacar fotos de tu cita
mientras come y si se hace que sea con el permiso explícito de la
persona (asegurándose de borrar las tomas que quedaron espantosas).
Hay una ocasión, eso sí, donde está permitido
tomar el smartphone; para condimentar la conversación. Ejemplos son
mostrar ese video tan gracioso del que hablaban o buscar ese dato que no
logras recordar, si es que a él o a ella le interesa el tema.
En el trabajo
La tecnología puede ser beneficiosa para nuestro trabajo pero perjudicial para nuestras relaciones laborales.
Los smartphones y tabletas están proliferando en
nuestros lugares de trabajo, y aunque son una herramienta de empresa,
es muy fácil que se cuele un mensaje personal o que la curiosidad nos
pierda en las inmensidades de la red en medio de una reunión soporífera.
Pero si no queremos perder puntos con nuestros
compañeros y superiores, Rachel Wagner, experta en etiqueta y protocolo,
lleva desde 2010 difundiendo seis normas esenciales de conducta con
smartphones en el lugar de trabajo.
Nuevamente, hay que prestar el 100% de nuestra
atención a la persona que tenemos enfrente. Luego no interrumpir
conversaciones cara a cara con alguien (por ejemplo en un pasillo o en
la cantina) atendiendo una llamada o enviando un texto.
En una comida de negocios, el aparato móvil no debería estar sobre la mesa. Guárdalo en un bolsillo, bolso o maleta, señala.
También recomienda que en una reunión hay que
evitar leer bajo la mesa. Muchas veces lo molesto en estas reuniones,
indica, no es que suene un teléfono, sino como alguien desliza la
pantalla mirando sus correos electrónicos o su página de Facebook.
Además prestar atención a tus mensajes en lugar
de a la reunión envía la señal de que la gente que está en la habitación
no te importa. Lo que puede ser peligroso si son clientes, o tienen
poder sobre tu empleo o futura carrera.
Y algo muy importante, apunta, es tratar de
tener un sonido de llamada que suene profesional, ya que esto podría
afectar nuestra imagen profesional.
Aparte de esto, también hay que tener en cuenta
dejar nuestro teléfono en silencio cuando no estamos en nuestro
escritorio y evitar hablar en público sobre asuntos de empresa que
deberían ser confidenciales.
La familia
Y más allá del trabajo u otras relaciones
interpersonales, los expertos señalan la primordial importancia de
establecer códigos de conducta con smartphones adecuados en el hogar.
A muchos les sonarán las comidas familiares
donde más de uno está toqueteando su pantalla táctil, o aquellas
vacaciones en las que varios miembros se la pasan tomando fotografías de
todo y colgándolas en las redes sociales para interaccionar con
personas a miles de kilómetros de distancia.
Los expertos alertan de la importancia de una
interacción de calidad, y como señaló a BBC Mundo la experta en
protocolo Angela Marshall "hay que enseñar a los niños cuando se les da
un smartphone. Hay que enseñarles las reglas para comportarse
adecuadamente y los padres deben dar ejemplo".
Además, establecer normas en el uso de
smartphones y demás aparatos móviles no sólo es necesario para
salvaguardar nuestra vida social, sino también nuestra salud. Diversos
estudios han vinculado el abuso en el uso de dispositivos móviles a
elevados niveles de estrés, así como dolores de cuello y de espalda.
Articulo extraido del Portal BBC Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario