Entre las economías avanzadas que "aún sufren las secuelas del
profundo desplome de la actividad crediticia e inmobiliaria se cuentan
principalmente España, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido",
informó este domingo el Banco de Pagos Internacionales (BPI).
El ajuste fiscal, la consolidación de los balances bancarios
y otras reformas necesarias no pueden aplazarse hasta que lleguen tiempos
mejores "El desequilibrio de la economía
mundial persiste e incluso parece agravarse por la interacción de las debilidades aún presentes", cinco años después del
estallido de la crisis financiera, según el BPI, que celebró este domingo su asamblea general anual.
mundial persiste e incluso parece agravarse por la interacción de las debilidades aún presentes", cinco años después del
estallido de la crisis financiera, según el BPI, que celebró este domingo su asamblea general anual.
En su
informe anual, en el que analiza el sistema financiero
internacional entre junio de 2011 y comienzos de junio de 2012, el BPI presenta
un panorama desolador y prevé que el crecimiento siga siendo anémico en muchas
economías avanzadas.
El director general del BPI, Jaime Caruana, dijo que "los bancos
centrales no
pueden solucionar problemas que otros eluden" y que las
dificultades de la economía mundial "están bien enraizadas y exigirán soluciones
profundas".
En su discurso ante representantes de los bancos centrales, Caruana declaró
que "el ajuste
fiscal, la consolidación de los balances bancarios y otras
reformas necesarias no pueden aplazarse hasta que lleguen tiempos
mejores" y "recurrir a los bancos centrales sin actuar en otros
frentes acabaría minando la confianza y aumentando los riesgos para la
estabilidad macroeconómica y financiera".
En su informe, el BPI recuerda que "el derrumbe del sector de la construcción
y otros sectores relacionados con la actividad inmobiliaria fue particularmente
severo en España y Estados Unidos" y tendrá importantes efectos duraderos en el
desempleo.
Los países exportadores tampoco se salvarán
Además, "algunas economías cuyo crecimiento se ha basado principalmente
en la exportación
también podrían afrontar dificultades pronto", según el BPI.
"Rusia
y la India, por ejemplo, podrían sufrir importantes dificultades
durante el periodo 2011-15 ante el crecimiento mucho más lento de algunos de
sus socios comerciales", Ucrania y Turquía en el caso de Rusia y los
mercados de Oriente Medio en el de la India, dice el informe.
Añade que los obstáculos también podrían ser considerables para la mayoría de los países
europeos, que comercian intensamente entre sí y cuyas previsiones
de crecimiento han sufrido una fuerte revisión a la baja.
Un primer grupo incluye pequeñas economías abiertas con una participación de las
exportaciones en el Producto Interior Bruto (PIB) superior al 60% y que
previsiblemente acusarán una fuerte caída en el crecimiento de sus socios
comerciales. Es el caso de Bélgica, Hungría, los Países Bajos,
la República
Checa y Tailandia.
A los que menos les afectará la crisis de otras regiones
Canadá, Estados Unidos y México podrían no verse afectados por los
múltiples efectos
adversos del débil crecimiento en el resto de regiones, ya que
estas economías guardan estrechos vínculos comerciales entre sí y los analistas
prevén que su crecimiento sea relativamente robusto.
China y los principales países de Europa Occidental (Alemania, Francia, Italia
y el Reino Unido) se sitúan de algún modo entre ambos grupos.
Es probable que se enfrenten a una caída significativa (en torno a 1
punto porcentual) en el crecimiento de sus socios comerciales, pero sus
exportaciones no representan más del 40% de su PIB, lo que limita las
repercusiones derivadas del menor crecimiento de la demanda externa.
"De estos países, Alemania puede ser el más vulnerable", según
el banco de los bancos centrales, cuya sede se encuentra en la ciudad suiza de
Basilea.
El origen de la crisis financiera, según el BPI
Los
niveles insostenibles de deuda fueron en última instancia el
origen de la crisis financiera y no hay claros indicios de que la situación
haya mejorado mucho desde entonces.
Los niveles insostenibles de deuda fueron el origen de la
crisis financiera y no hay indicios de que la situación haya mejorado mucho
Los parámetros
que miden la sostenibilidad de la deuda no han mejorado significativamente
en las economías más afectadas por la crisis financiera, mientras en muchas
otras han empeorado.
Los datos agregados sugieren un cierto progreso en el desapalancamiento
de los hogares británicos, españoles y estadounidenses.
El sector
empresarial no financiero de España, Irlanda y el Reino Unido no ha avanzado tanto
en su desapalancamiento (venta de activos para ganar solvencia), según el
informe.
En el caso de Estados Unidos, el endeudamiento financiero de este
sector permaneció bastante estable durante el auge inmobiliario, por lo que no sería
necesario un desapalancamiento generalizado tras el desplome de precios.
Únicamente los hogares alemanes han continuado reduciendo sus niveles de
deuda con respecto a sus ingresos.
El poder de los bancos centrales
"Los bancos centrales se ven obligados a prolongar el estímulo
monetario mientras los gobiernos actúan de forma rezagada y los
ajustes se retrasan", según el Banco de Pagos Internacionales (BPI).
La entidad informa de que los activos agregados de todos los bancos
centrales ascienden a más de 18 billones de dólares (14,2 billones de euros),
que representan ahora aproximadamente el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial,
el doble de su valor hace una década.
La actuación enérgica del BCE fue un factor decisivo para
activar los mercados de financiación bancaria y reforzar los mercados de la
deuda pública El BPI observa que "las tasas de interés oficiales en
términos reales (tasas nominales menos inflación general) siguen siendo muy negativas
en la mayoría de las economías avanzadas".
"Los bancos centrales de las economías avanzadas han continuado o
incluso ampliado
sus compras de deuda pública y su respaldo de liquidez al
sistema bancario", dice el BPI.
No obstante, añade que es cierto que la economía mundial se encuentra en una
mejor situación, gracias a la actuación enérgica de los bancos centrales
tras el colapso de Lehman Brothers en 2008 y en años posteriores.
El BPI cita como ejemplo "la oferta del Banco Central Europeo de préstamos
bancarios a tres años a finales de 2011 y nuevamente a
principios de 2012". Este programa estuvo dotado con un billón de euros e
incrementó los balances de los bancos centrales del Eurosistema en cerca de
500.000 millones de euros.
El BPI opina que este programa de inyección de liquidez a tres años
"fue un
factor decisivo para volver a activar los mercados de
financiación bancaria e indirectamente reforzar algunos mercados de deuda
pública de la zona del euro".
Si los problemas estructurales no se corrigen durante la
fase de recuperación, se corre el riesgo de crear el caldo de cultivo de una
nueva crisis Además, el BCE, cuya tasa de interés oficial se sitúa en el
1%, ha relajado
de nuevo las condiciones
para prestar dinero a los bancos. "La extraordinaria
persistencia de la política monetaria laxa responde principalmente a la
insuficiente actuación de los gobiernos ante los problemas estructurales",
según el BPI.
Añade que podrían estar desvaneciéndose los efectos positivos de estos esfuerzos
por parte de los bancos centrales, al tiempo que aumentarían sus efectos
secundarios negativos.
"Sería un error pensar que los bancos centrales pueden utilizar sus
balances para resolver cualquier problema económico y financiero: no pueden inducir el
desapalancamiento (venta de activos para ganar solvencia), no pueden
corregir los desequilibrios sectoriales y no pueden resolver problemas de
solvencia", según el BPI.
Una lección aún más importante es que si los problemas estructurales
subyacentes no se corrigen durante la fase de recuperación, corremos el riesgo
de crear el caldo
de cultivo de una nueva crisis. Los desequilibrios fiscales de
largo plazo se extienden más allá de la zona del euro.
Los gobiernos de las economías avanzadas deberían demostrar de manera
convincente que pueden gestionar adecuadamente el gasto en pensiones y
asistencia sanitaria a medida que envejece su población. A corto plazo, también
sería necesario recortar gastos y elevar los ingresos.
Los países con graves problemas tendrán que ir mucho más allá y realizar con
rapidez una reforma
significativa
de su sector público. La creciente brecha entre lo que se
espera de los bancos centrales y lo que realmente pueden ofrecer podría socavar
a largo plazo su credibilidad y autonomía operativa, según el BPI.
El colapso de los bancos, similar al de Lehman Brothers
Además, la situación general del sector bancario se asemeja en 2012 a la que
siguió al
colapso de Lehman Brothers, según indican los precios en los
mercados de renta variable y de deuda, afirma el Banco de Pagos Internacionales
(BPI).
La institución advierte en su informe de la dependencia de muchos bancos
de la financiación de los bancos centrales. "Con esta perspectiva negativa
del mercado y una crisis de confianza entre las propias instituciones
financieras, numerosos bancos dependen de sobremanera de la financiación del
banco central y no están en condiciones de promover el crecimiento
económico", según el BPI.
Añade que "una prioridad inmediata es que los bancos abrumados por su
legado de activos saneen sus balances vía reconocimiento de pérdidas y
recapitalización". Esto ayudaría a restaurar la confianza en el sector y
restablecería el acceso a los mercados de financiación tradicionales, recomendó
el BPI.
Además, ha cambiado la percepción del riesgo de crédito relativo: si a finales
de 2008 se estimaba que la banca estadounidense entrañaba más riesgo, desde
2010 la banca de la zona del euro ha tomado el relevo, según el BPI.
Empleo de bonos convertibles
De cara al futuro, los reguladores alentarán a los principales bancos a
gestionar su base de capital empleando una gama más amplia de instrumentos,
como por ejemplo los bonos convertibles (bail-in y CoCos).
Los bonos bail-in protegen a depositantes y contribuyentes
al imponer pérdidas a sus tenedores ante una eventual quiebra bancaria y los bonos
convertibles contingentes (CoCos) se convierten en acciones cuando un
banco incurre en dificultades al objeto de intentar mantenerlo solvente y en
funcionamiento. "Varios bancos europeos ya han emitido CoCos con
activadores de conversión basados en coeficientes de capital regulatorio",
apostilló el BPI.
El papel
que desempeñarán en el futuro este tipo de instrumentos financieros dependerá
en gran medida de si logran suscitar una demanda suficiente entre los
inversores no bancarios y de si el mecanismo de conversión protege a los bancos
emisores frente a conductas especulativas.
Otro indicio
preocupante es que las actividades de negociación, tras haberse retraído
brevemente durante la crisis, vuelven a ser una de las principales fuentes de
ingresos para los grandes bancos, advierte el BPI. "Las enormes pérdidas
recientes en operaciones con derivados nos recuerdan los peligros que esto
conlleva", dijo el BPI sin citar casos concretos.
Noticia extraída de www.20minutos.es
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