En estos tiempos abunda la información y existe la posibilidad de
adquirir servicios turísticos casi sin la intervención de un tercero,
algunos piensan que un teclado y una tarjeta de crédito bastarían para
realizar un viaje.
Muchos portales de Internet se encuentran en otros países, a miles de
kilómetros de distancia y en ocasiones sin una ubicación física por lo
que una fecha, un dato mal procesado o una reservación no confirmada,
hacen que el turista tenga su peor experiencia en la vida.
Los agentes de viajes brindan la asesoría e información útil a todas
las personas que viajan, ya sea por placer o negocios, para que hagan de
su viaje una experiencia placentera, divertida y sin contratiempos. Las
agencias venden boletos de las diferentes líneas aéreas, sugieren la
alternativa de compra que mejor se apegue a las necesidades del viajero,
entre otros beneficios.
Simplificación. Las agencias de viaje resultan convenientes cuando de
lo que se trata no es simplemente de comprar un pasaje aéreo, sino de
organizar una viaje completo. Cuanto más complicado sea el itinerario y
más elementos a considerar existan, más útil resulta la presencia de un
experto. Él sabe, no solo cómo manejar más eficientemente las
alternativas que el pasajero ya ha evaluado, sino de la existencia de
otras opciones. Ello puede resultar decisivo para que el viaje planeado
resulte más placentero, pueda aprovecharse mejor el tiempo disponible y,
probablemente, termine siendo también más económico.
La experiencia ajena. Los agentes de viaje cuentan a su favor con una
herramienta de asesoramiento muy importante, que es la experiencia
previa de otros viajeros o de ellos mismos. Es cierto que hoy en día
esta información "de primera mano" también está disponible (hasta cierto
punto) en Internet, pero no siempre es fácil de ubicar. El agente de
viaje cuenta con el testimonio directo de numerosos clientes con
respecto a los viajes que aconseja.
Ahorro de tiempo. Se dice que una de las ventajas de Internet es la
rapidez para efectuar reservas y compras de pasajes o paquetes
turísticos; pero no siempre resulta así. Cuanto más complejo sea el
itinerario o el plan de viaje, mayor será la necesidad de acudir a un
agente de viajes. Cuando se necesita efectuar combinaciones de
transportes o conexiones múltiples y cuando los horarios de los
diferentes medios de transporte parecen irreconciliables, el armado del
trayecto por Internet puede volverse engorroso, lento y sujeto a
numerosos errores que pueden complicar las tan anheladas vacaciones.
Una mirada alerta. Aún al viajero más experimentado y atento se le
pueden escapar detalles importantes, sobre todo cuando el viaje es
resuelto a último momento o con cierta prisa. El agente de viajes,
conocedor de esta realidad, está habituado a no dejar partir a sus
clientes sin antes asegurarse de que no queden cabos sueltos,
preocupándose por recordar al pasajero cuál es la documentación que debe
llevar consigo (y a veces, hasta ocupándose de su tramitación) y
tomando cuidado de que el viajero esté advertido de los requisitos
sanitarios que puedan existir, de las reglas que cada aerolínea aplica
sobre equipaje, restricciones migratorias y cuestiones referidas al
viaje con menores.
Un agente de viajes calificado actúa casi como un detective y trata
de identificar los inconvenientes posibles a presentarse para evitarlos
antes de que se presenten. Incluso, cuando algo sale mal, es
reconfortante saber que detrás de un reclamo o ante la necesidad de
movilizar recursos ante una emergencia, el pasajero cuenta con una
agencia de reconocida trayectoria y profesionalismo para asistirlo en
todo cuanto sea posible.
El primero de todos
Thomas Cook fue un empresario inglés conocido por ser la primera persona en crear un viaje organizado en 1841.
Los agentes de viajes aún venden el 51 % de todos los boletos aéreos,
el 87 % de todos los cruceros, el 81 % de todos los tours y paquetes
turísticos, el 45 % de todos los autos rentados, y el 60 % de todos los
hoteles solicitados.
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