Puede que le parezca un ejercicio negativo pero, al organizar un
periplo, imagine por un momento que todo puede salir mal. Que perderá la
conexión, que las maletas quizás no llegan, o peor aún –que ni Dios lo
quiera— no pasará la tarjeta de Cadivi. Sólo así, siendo un poco
precavido, un turista puede anticiparse a los contratiempos
Tener suerte en los viajes es cuestión de suerte. El azar está en todas partes y nadie, ni el más planificado de los turistas, puede escapar a sus designios.
El clima, conseguir el taxi en ese momento en que estás extenuado y no hay ninguno, dar con un habitante amable que explique una dirección son situaciones que ciertamente requieren de cierto grado de buena fortuna.
Puede que uno quiera controlarlo todo, pero ocurre que de pronto, cuando visita la Gran Muralla china, una densa neblina impide apreciar el paisaje; o justo el día en que pagó cien dólares por ver ballenas en una excursión, ninguna decide salir a la superficie… Así de impertinente y malintencionada puede ser la naturaleza, pero la tiene difícil ante un viajero obstinado. La mejor forma de hacer frente a esas situaciones es con humor (riéndose de la propia desventura), y con insistencia, por eso siempre trate de tener un itinerario holgado y uno que otro día extra en sus vacaciones, así si pierde el vuelo o llueve, puede volver.
Piense que todo puede salir mal. Que la aerolínea retrasará su vuelo un par de horas lo que le hará perder la conexión, que las maletas quizás no llegan, o peor aún –que ni Dios lo quiera-: no pasará la tarjeta de Cadivi en el hotel. Sólo así, siendo un poco pavoso, uno puede anticiparse a los contratiempos y tomar medidas de precaución como las siguientes:
1. Escalas largas. Si debe tomar conexiones aéreas procure que haya 4 horas de diferencia entre los vuelos. ¿Aburrido? Mucho, pero es preferible. En caso de que, contra todos los pronósticos, no llegue a la conexión la aerolínea está en el deber de solucionar el problema. Infórmese sobre sus derechos como pasajero para que, dado el caso, sepa hasta dónde y qué puede exigir. Lleve una muda de ropa en su equipaje de mano.
2. Póliza internacional. Contrate un seguro de viajes. Muy pocos turistas lo hacen, pero en un momento de emergencia conforta tenerlo. No son tan caros como parecen y pueden cubrir emergencias médicas, pérdida de equipaje y otros incidentes.
3. Mejor en billetes. Siempre tenga efectivo suficiente o una tarjeta internacional en caso de que no pase la tarjeta de Cadivi. Nadie quiere quedarse sin un céntimo en el propio país, pero mucho menos en tierra ajena.
4. Bajo llave. Jamás salga con el pasaporte y todo el dinero durante el viaje. Confíe en las cajas de seguridad de su hotel, o, de no tenerla, escóndalos en un lugar de la maleta y cierre el candado. Tenga en su correo electrónico sus principales documentos de identidad escaneados, así como los números de las sedes consulares o embajadas de su país en el lugar que visitará.
5. Investigar antes de volar. Lea la guía de viajes antes de llegar al destino. Infórmese, sea fastidioso y pregúntele todo a su agente turístico. Sólo así sabrá cuándo es temporada de lluvia, qué días cierra ese museo que anhela visitar, etc.
6. Itinerario flexible. Siempre deje 2 o 3 días extra para que en caso de que pierda un día en el destino por retrasos en los vuelos, o de que llueva, pueda compensar esas situaciones.
7. Actitud de triunfador. Una vez cumplidos todos los pasos anteriores (previos al viaje) deje de preocuparse. Confíe en la providencia y disfrute de la aventura. De resto sólo queda cruzar los dedos….
El clima, conseguir el taxi en ese momento en que estás extenuado y no hay ninguno, dar con un habitante amable que explique una dirección son situaciones que ciertamente requieren de cierto grado de buena fortuna.
Puede que uno quiera controlarlo todo, pero ocurre que de pronto, cuando visita la Gran Muralla china, una densa neblina impide apreciar el paisaje; o justo el día en que pagó cien dólares por ver ballenas en una excursión, ninguna decide salir a la superficie… Así de impertinente y malintencionada puede ser la naturaleza, pero la tiene difícil ante un viajero obstinado. La mejor forma de hacer frente a esas situaciones es con humor (riéndose de la propia desventura), y con insistencia, por eso siempre trate de tener un itinerario holgado y uno que otro día extra en sus vacaciones, así si pierde el vuelo o llueve, puede volver.
Piense que todo puede salir mal. Que la aerolínea retrasará su vuelo un par de horas lo que le hará perder la conexión, que las maletas quizás no llegan, o peor aún –que ni Dios lo quiera-: no pasará la tarjeta de Cadivi en el hotel. Sólo así, siendo un poco pavoso, uno puede anticiparse a los contratiempos y tomar medidas de precaución como las siguientes:
1. Escalas largas. Si debe tomar conexiones aéreas procure que haya 4 horas de diferencia entre los vuelos. ¿Aburrido? Mucho, pero es preferible. En caso de que, contra todos los pronósticos, no llegue a la conexión la aerolínea está en el deber de solucionar el problema. Infórmese sobre sus derechos como pasajero para que, dado el caso, sepa hasta dónde y qué puede exigir. Lleve una muda de ropa en su equipaje de mano.
2. Póliza internacional. Contrate un seguro de viajes. Muy pocos turistas lo hacen, pero en un momento de emergencia conforta tenerlo. No son tan caros como parecen y pueden cubrir emergencias médicas, pérdida de equipaje y otros incidentes.
3. Mejor en billetes. Siempre tenga efectivo suficiente o una tarjeta internacional en caso de que no pase la tarjeta de Cadivi. Nadie quiere quedarse sin un céntimo en el propio país, pero mucho menos en tierra ajena.
4. Bajo llave. Jamás salga con el pasaporte y todo el dinero durante el viaje. Confíe en las cajas de seguridad de su hotel, o, de no tenerla, escóndalos en un lugar de la maleta y cierre el candado. Tenga en su correo electrónico sus principales documentos de identidad escaneados, así como los números de las sedes consulares o embajadas de su país en el lugar que visitará.
5. Investigar antes de volar. Lea la guía de viajes antes de llegar al destino. Infórmese, sea fastidioso y pregúntele todo a su agente turístico. Sólo así sabrá cuándo es temporada de lluvia, qué días cierra ese museo que anhela visitar, etc.
6. Itinerario flexible. Siempre deje 2 o 3 días extra para que en caso de que pierda un día en el destino por retrasos en los vuelos, o de que llueva, pueda compensar esas situaciones.
7. Actitud de triunfador. Una vez cumplidos todos los pasos anteriores (previos al viaje) deje de preocuparse. Confíe en la providencia y disfrute de la aventura. De resto sólo queda cruzar los dedos….
No hay comentarios:
Publicar un comentario