sábado, 26 de enero de 2013

¡Fíjate en mí y no en tu smartphone!



Una de las consecuencias más notorias de la aparición de los smartphones y demás dispositivos móviles es el impacto que han tenido en nuestra vida social y no hablo de la gran conectividad que este objeto omnipresente nos otorga.

¿Hay algo peor que ese ojo que se desliza impunemente hacia la mano que sujeta el teléfono mientras mantenemos una conversación?

Absorbidos por un mundo virtual, en detrimento del real, nos estamos convirtiendo en una sociedad de nomofóbicos amparados en la ausencia de toda norma de conducta, en zombies que deambulan sin escucharse ni mirarse a los ojos gran parte del tiempo que se supone comparten en un mismo espacio.

No obstante, ya se están perfilando toda una serie reglas de buena conducta que voy a tratar de resumirles en este artículo.

Los diez mandamientos

Los diez mandamientos

  • Respetarás a quien tienes enfrente
  • No pondrás el celular encima de la mesa cuando comes acompañado.
  • El teléfono en silencio hasta el fin de la comida cuando comes acompañado.
  • No poner música a todo volúmen.
  • No hablar en voz alta en lugares públicos.
  • Respeta a trabajadores en lugares públicos.
  • No ignores los lugares silenciosos, apaga tu celular.
  • Evita hablar por el celular estando en el baño.
  • No textear mientras se conduce un vehículo.
  • Da ejemplo a tus hijos acatando estas normas.
Aunque hay gran divergencia de opiniones al respecto, parece haber un consenso en torno a diez normas de etiqueta con celulares, empezando por la idea de que la persona que nos acompaña físicamente tiene "prioridad absoluta" y una charla en Facebook, consultar correos electrónicos o actualizar Twitter no es excusa.

Cuando estamos en un restaurante, poner el smartphone sobre la mesa es como decirle al otro que estamos esperando que se presente algo mejor. La regla es ponerlo donde no sea visible y en silencio durante toda la cena.

Pero si eso resulta demasiado doloroso, otra opción es ponerle una funda o colocarlo hacia abajo, dando a entender que sólo se usará cuando es estrictamente necesario. Y si alguien te llama, lo más correcto es disculparse y apartarse de la mesa para hablar.

Ni la música a todo volumen y ni las conversaciones a voz en grito son aceptables en público, y tampoco lo es entrar hablando con el teléfono en el baño. Ni lo agradecen los que están dentro en el caso de un excusado público, ni la persona que está al otro lado de la línea (especialmente cuando oigan que se tira la cadena).

Otra muy importante, es que las personas que trabajan de cajeros, mozos y en general de cara al público merecen respeto, y hablar por teléfono o estar pendientes de la pantalla mientras nos atienden no sólo es desconsiderado para con ellos sino que además frena el servicio y obliga a otros a esperar más.

Sin olvidarnos de la norma más extendida, que es la de apagar nuestro teléfono en lugares silenciosos como la biblioteca, el cine y el teatro, y en estos dos últimos casos lo mismo aplica para la luz de la pantalla, que puede ser muy molesta para los demás.

El amor y el smartphone no combinan

El amor y la tecnología no siempre se llevan bien, sobre todo en una primera cita. 

En 2011 el columnista de la revista Forbes, Michael Matthews creó también una serie de normas de conducta con smartphones para citas románticas, con el fin de asegurar que el encuentro sea "sólo entre ustedes dos y nadie más", empezando por el momento de arreglar la cita: "llama, no envíes un texto. Aunque no sepas si es un encuentro de amigos o una cita romántica. LLAMA". 

Según Matthews, si ha llegado el momento esperado y tenemos que atender una llamada o mensaje importante, hay que notificárselo a la otra persona dando detalles. Pero tienen que ser cosas tipo llamada de mi jefe o los detalles del funeral de mi abuelita, si no, no sirve.

Cada vez son más frecuentes las páginas de internet o aplicaciones que te permiten encontrar ofertas en restaurantes, cine, teatros u otro tipo de actividades. Según el columnista, es mejor evitar estas ofertas en la primera cita y si llegamos a hacerlo, mejor dejar claro que es porque queremos probar este sitio, no porque queremos ahorrar plata.

Evitar a toda costa sacar fotos de tu cita mientras come y si se hace que sea con el permiso explícito de la persona (asegurándose de borrar las tomas que quedaron espantosas).

Hay una ocasión, eso sí, donde está permitido tomar el smartphone; para condimentar la conversación. Ejemplos son mostrar ese video tan gracioso del que hablaban o buscar ese dato que no logras recordar, si es que a él o a ella le interesa el tema.

En el trabajo

La tecnología puede ser beneficiosa para nuestro trabajo pero perjudicial para nuestras relaciones laborales. 
Los smartphones y tabletas están proliferando en nuestros lugares de trabajo, y aunque son una herramienta de empresa, es muy fácil que se cuele un mensaje personal o que la curiosidad nos pierda en las inmensidades de la red en medio de una reunión soporífera.

Pero si no queremos perder puntos con nuestros compañeros y superiores, Rachel Wagner, experta en etiqueta y protocolo, lleva desde 2010 difundiendo seis normas esenciales de conducta con smartphones en el lugar de trabajo.

Nuevamente, hay que prestar el 100% de nuestra atención a la persona que tenemos enfrente. Luego no interrumpir conversaciones cara a cara con alguien (por ejemplo en un pasillo o en la cantina) atendiendo una llamada o enviando un texto.

En una comida de negocios, el aparato móvil no debería estar sobre la mesa. Guárdalo en un bolsillo, bolso o maleta, señala.

También recomienda que en una reunión hay que evitar leer bajo la mesa. Muchas veces lo molesto en estas reuniones, indica, no es que suene un teléfono, sino como alguien desliza la pantalla mirando sus correos electrónicos o su página de Facebook.

Además prestar atención a tus mensajes en lugar de a la reunión envía la señal de que la gente que está en la habitación no te importa. Lo que puede ser peligroso si son clientes, o tienen poder sobre tu empleo o futura carrera.

Y algo muy importante, apunta, es tratar de tener un sonido de llamada que suene profesional, ya que esto podría afectar nuestra imagen profesional.

Aparte de esto, también hay que tener en cuenta dejar nuestro teléfono en silencio cuando no estamos en nuestro escritorio y evitar hablar en público sobre asuntos de empresa que deberían ser confidenciales.

La familia

Los padres deben ser los primeros en dar ejemplo a sus hijos sobre el uso adecuado de smartphones. 
Y más allá del trabajo u otras relaciones interpersonales, los expertos señalan la primordial importancia de establecer códigos de conducta con smartphones adecuados en el hogar.

A muchos les sonarán las comidas familiares donde más de uno está toqueteando su pantalla táctil, o aquellas vacaciones en las que varios miembros se la pasan tomando fotografías de todo y colgándolas en las redes sociales para interaccionar con personas a miles de kilómetros de distancia.

Los expertos alertan de la importancia de una interacción de calidad, y como señaló a BBC Mundo la experta en protocolo Angela Marshall "hay que enseñar a los niños cuando se les da un smartphone. Hay que enseñarles las reglas para comportarse adecuadamente y los padres deben dar ejemplo".

Además, establecer normas en el uso de smartphones y demás aparatos móviles no sólo es necesario para salvaguardar nuestra vida social, sino también nuestra salud. Diversos estudios han vinculado el abuso en el uso de dispositivos móviles a elevados niveles de estrés, así como dolores de cuello y de espalda.

Articulo extraido del Portal  BBC Mundo

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