miércoles, 15 de agosto de 2012

Los argentinos sufren cada vez más para conseguir dólares, cualquier similitud es mera coincidencia

La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, instó a la población a cambiar la cultura y "pensar en pesos", y dio el ejemplo pesificando un depósito de más de tres millones de dólares que poseía.

Las cada vez más estrictas restricciones para comprar dólares en Argentina traen fuertes dolores de cabeza a sus ciudadanos, tan habituados a utilizar la divisa estadounidense para todo tipo de operaciones y como forma de ahorro para preservarse de la devaluación del peso.

Prohibida la adquisición de moneda extranjera para atesorar ahorros, anuladas las posibilidades de comprar para operaciones inmobiliarias u otros contratos comerciales o privados, sólo se permite hacerse de divisas para viajar. Pero el trámite tampoco es sencillo.

El Banco Central dispuso que sólo se puede comprar la divisa del país de destino. En caso de países que no son limítrofes ni de la zona euro, se permitirá adquirir dólares, a un promedio de 70 dólares por día de viaje, aunque en algunos casos las autoridades habilitan cifras menores.

El trámite se debe realizar online en la página de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) una semana antes del viaje, y esperar la autorización, que no siempre se otorga pese a que el solicitante cumpla todos los requisitos.

Se deben consignar los datos del pasaje aéreo, fluvial o terrestre, y también los de la agencia de viaje que lo emitió y la forma de pago. Según la nueva norma, que debe terminar de reglamentarse, los datos declarados deberán ser confirmados por la empresa de transporte o por el operador turístico interveniente.

Si se viaja en auto propio, la AFIP cruzará posteriormente los datos con los de Migraciones, para confirmar que el viaje haya sido concretado.

Los férreos controles del mercado de divisas argentino impulsaron la brecha de casi 37% entre la cotización del dólar oficial, hoy en 4,64 pesos, y la del dólar marginal o "blue", como se lo denomina en la jerga financiera local, que se negocia en torno a 6,32 pesos.

El mercado paralelo tiene dimensiones pequeñas, pero cada vez es de mayor influencia en la formación de precios, un riesgo con un índice de inflación estimado para este año en entre 24 y 26%, según cifras privadas y de entes provinciales.

La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, instó a la población a cambiar la cultura y "pensar en pesos", y dio el ejemplo pesificando un depósito de más de tres millones de dólares que poseía.

Las operaciones de bienes raíces, cotizadas y realizadas habitualmente en dólares, sufrieron una fuerte retracción. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, las escrituras bajaron un 17,2% en junio pasado.

Es complejo cambiar en cuestión de meses una tendencia arraigada desde hace décadas en los argentinos, que utilizan el dólar como moneda de referencia después de tantos problemas sufridos con su propia moneda a lo largo de la historia con devaluaciones, hiperinflación, cambio de denominaciones, etc.

Por ello, muchos apelan al mercado informal, integrado por las "cuevas" financieras que operan de forma clandestina, o a realizar transacciones entre amigos que necesiten desprenderse de divisas. Y todo a precio "blue", claro.

El negocio lo hacen quienes viajan, ya que pueden consumir con tarjeta de crédito en dólares, y pagar en Argentina al precio oficial. No se puede ya extraer dólares en el exterior con tarjeta de débito de cuentas en pesos, es necesario contar con cuentas bancarias en dólares para hacerse de efectivo en los ATM extranjeros.

Los bancos alertaron ahora en tanto de que los saldos impagos de las liquidaciones en dólares de tarjetas de crédito no serán financiados en esa moneda sino en pesos argentinos, a tasas de interés más altas que las que se paga por la divisa estadounidense.

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