martes, 7 de agosto de 2012

Automedicación: ¡Cuidado con los chicos!

El consumo de medicamentos administrados por los padres, sin consulta a un médico, puede traerle varios problemas a los pequeños. 

Uno de los ideales de esta época tiene que ver con la capacidad de adaptarse al entorno. Por eso, cuando un niño se muestra “inadecuado” y poco “adaptado” se considera que no está sano. Esta es la explicación que da cuenta de la cantidad creciente de chicos llamados “anormales” en las aulas y del crecimiento exponencial en la administración de medicamentos.

Se controla al niño para que se ajuste a las exigencias del medio. Paradójicamente todas las teorías pedagógicas y psicológicas dicen que el aprendizaje surge a partir del error. La inteligencia no tiene que ver con la adaptación. La inteligencia, aunque resulte extraño, está íntimamente asociada a la capacidad de tolerancia frente a la inadecuación, a las diferencias, a lo que no es posible y a lo que no encaja exactamente.


Algunas investigaciones de la industria farmacéutica están al servicio de lograr sujetos adecuados y adaptados Por lo tanto, ya no se producen medicamentos sólo para salvar vidas. Se transita una época en la que existe una oferta de satisfacción inmediata inédita e insólita. Una de esas propuestas es la automedicación.

A nadie ya le quedan dudas que ante una mínima molestia acudirá al botiquín de su hogar o de la oficina para encontrar la pastilla mágica que todo lo solucione. Las estadísticas de automedicación en la Argentina y en Latinoamérica han crecido a pasos agigantados en las últimas décadas con datos alarmantes; hecho especialmente incitado por la propaganda y el marketing de medicamentos de venta libre que pueden encontrarse en góndolas de farmacias como si fueran supermercados. La “recomendación” entre amigos o familiares ha reemplazado la consulta clínica para determinar una administración ajustada y eficaz.

Algunas advertencias

* Los analgésicos de última generación consumidos sin control y en dosis a largo plazo pueden ocasionar, en los chicos, problemas gástricos y de coagulación.
* El autoconsumo de antibióticos, administrados por los padres sin consulta previa, puede no detener la infección y, encima, la puede complicar y generar resistencias para futuras enfermedades.
* La automedicación puede enmascarar el cuadro clínico de base y tapar los síntomas originales. También puede producir un acostumbramiento a determinada droga, lo que obliga a nuevos consumos.
* Muchas veces los padres en la consulta con el clínico o con el psicoterapeuta piden una medicación porque no pueden cumplir con la función parental.
* Otro síntoma típico de la infancia y la adolescencia es la inquietud y las dificultades para prestar atención. Sin hacer demasiados estudios, se medica como si fuera un trastorno psicopatológico. Muchas veces no lo es.

Fuente: EntreMujeres

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