Setenta miembros de una secta
islamista que llevaban casi una década viviendo en un búnker subterráneo
sin calefacción ni luz solar han sido localizados viviendo a las
afueras de la ciudad de Kazan, en Rusia, según medios locales.
Entre los miembros de la secta había 20 niños, el más pequeño de
apenas 18 meses. Muchos de ellos nacieron bajo tierra y nunca habían
visto la luz del sol hasta que la fiscalía descubrió su escondite el 1
de agosto y les remitió a revisiones médicas.
Una chica de 17 años resultó estar embarazada.
La religión fue suprimida en la Unión Soviética que colapsó en 1991,
dando lugar al nacimiento de varias sectas que florecieron en el vacío
posterior.
El grupo, conocido como la secta "fayzarahmanista," recibe el nombre
de su organizador Fayzrahman Satarov, de 83 años y que se describió a sí
mismo como a un profeta y a su casa como un estado islámico
independiente, según un informe de la cadena estatal de televisión
Vesti.
Satarov fue descrito como el ex asistente de un clérigo musulmán
islámico en los 70. A sus seguidores se les animaba a leer sus
manuscritos y la mayoría tenía prohibido salir del búnker subterráneo de
ocho plantas que se había excavado en el sótano de un edificio.
La fiscalía ha abierto una investigación penal sobre la secta y ha
dicho que será desarticulada si continua las actividades ilegales como
impedir a sus miembros recibir educación o asistencia médica.
No se han producido arrestos, pero es probable que la policía
investigue las sospechas de que algunos de los menores recibieran
abusos. Un tribunal decidirá si los hijos pueden quedarse con sus
padres.
Kazan está situada 800 kilómetros al este de Moscú, en Tatarstan, una república interna rusa de mayoría musulmana.
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