Necesitarás más de una bocanada de
aire antes de sumergirte en esta piscina de 34.5 metros de profundidad.
Construida en Bruselas (Bélgica) y nombrada en honor al capitán de
Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne, Nemo 33 es la
piscina deportiva y recreativa más profunda del mundo, concebida y
diseñada por John Beernaerts, ingeniero civil y profesor de buceo, y
desarrollada por el arquitecto Sebastián Moreno-Vacca. Fueron maquetadas
21 versiones durante tres años de estudio, y luego cuatro de trabajo y
tropiezos técnicos, hasta que finalmente se definió la propuesta de la
primera piscina-fosa con tales dimensiones.
A
casi una década de su apertura, el 1ro de mayo del 2004 —día en que
tuvo lugar la mayor ampliación que se ha dado en la Unión Europea, con
la entrada de 10 nuevos miembros (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia,
República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Malta y Chipre)—,
muchos turistas amantes del buceo siguen escogiendo Bruselas como
destino para practicar el deporte en un escenario seguro (hasta hoy en
Nemo 33 el récord de accidentes es cero), y sentir los efectos de la
ingravidez y el poder relajante de respirar oxígeno en la profundidad.
Su capacidad es de 2,5 millones de litros de agua de manantial —sin
cloro y filtrada— que se calienta con paneles solares para mantener una
temperatura promedio de 30°C. Es una estructura sumergida con
plataformas planas a diferentes profundidades, dos grandes áreas de
fondo plano en los niveles de de profundidad 5 metros y 10 metros, y un
foso circular que desciende a 33 metros. Y para los buzos e instructores
que necesitan más tiempo en el fondo, hay tres salas presurizadas a -10
y -7 metros con aire constantemente renovado.
El concepto y la arquitectura de la piscina, con sus variaciones de
nivel, sus cuevas submarinas simuladas y una temperatura constante, han
convertido a Nemo 33 en el lugar perfecto para novatos y buzos
certificados de todas las federaciones, y aunque su finalidad son la
recreación y la práctica de scuba diving, también tiene instalaciones
para producciones de cine… pero para los que no quieran tomar un baño,
Nemo 33 ofrece una exquisita comida tailandesa en la terraza o en un
restaurante con 7 gigantes ventanas subacuáticas, desde donde se ven a
los nadadores en el interior de la piscina.
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