viernes, 3 de agosto de 2012

Estudios: ciclos mestruales afectan patrones de compras en las mujeres

Un estudio halló que eran más propensas a comprar ropa y a enfocarse en su aspecto en los días fértiles.

Las fluctuaciones hormonales asociadas con los ciclos menstruales de las mujeres podrían influir sobre sus hábitos de compras, sugiere una investigación.

“Nuestra meta era investigar la forma en que el ciclo menstrual de una mujer influye sobre los deseos de consumo, el uso de productos, y el dinero gastado en los sectores de la alimentación y la belleza”, comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Concordia, en Montreal, el primer autor del estudio Gad Saad, profesor de mercadeo de la Facultad de negocios John Molson.


Para llevar a cabo el estudio, los investigadores seleccionaron a 59 mujeres y les pidieron llevar diarios detallados sobre su rutina de belleza, decisiones sobre la ropa, consumo de calorías y todo lo que compraban durante 35 días.

Los investigadores también analizaron encuestas diarias que las mujeres respondieron sobre esos temas, que les preguntaban sobre sus decisiones sobre la ropa y cuánto tiempo pasaban acicalándose. También se preguntó a las participantes sobre actividades como los baños de sol y el consumo de alimentos ricos en calorías. El estudio reveló un patrón distintivo en la conducta de las mujeres.

Durante la fase fértil de los ciclos menstruales de las mujeres (aproximadamente de los días 8 a 15 de un ciclo de 28 días), los investigadores hallaron un aumento significativo en su enfoque sobre su apariencia. Durante sus días fértiles, las mujeres también eran más propensas a comprar ropa, mostró el estudio.

Los autores del estudio sugirieron que la explicación de este patrón de conducta podría provenir de las raíces evolutivas de las mujeres.

“En épocas ancestrales, las mujeres tenían que enfocar más tiempo en actividades relacionadas con el apareamiento durante la fase fértil de su ciclo menstrual, cuando las probabilidades de concepción alcanzaban su máximo”, explicó Saad en el comunicado de prensa. “Esos mismos mecanismos psicológicos y fisiológicos llevan ahora a las mujeres a realizar un consumo más grande de productos relevantes a los impulsos reproductivos durante la fase fértil de su ciclo”.

Aunque el consumo de comida se redujo entre las mujeres durante los días de fertilidad, el estudio reveló que sus apetitos llegaban al máximo en la fase lútea o de infertilidad de su ciclo menstrual (alrededor de los días 16 a 28 de un ciclo de 28 días). Los investigadores anotaron que el deseo de las mujeres de alimentos ricos en calorías alcanzaba su máximo en ese periodo, junto con sus compras de comida.

“Las mujeres consumían más calorías durante la fase lútea porque han evolucionado mecanismos psicológicos y fisiológicos que favorecían las actividades no relacionadas con el apareamiento, como la recogida de alimentos, durante la fase no fértil de sus ciclos”, anotó Saad. “Distintos impulsos darwinianos, como el apareamiento versus la alimentación, toman precedencia dependiendo del estatus menstrual de una mujer”.

Los autores del estudio dijeron que sus hallazgos podrían iluminar estos patrones de conducta y ayudar a las mujeres a tomar decisiones más conscientes, lo que podría afectar sus hábitos de gastos y alimentación.

“Estas conductas de consumo se llevan a cabo sin que las mujeres estén conscientes de la forma en que las fluctuaciones hormonales afectan sus decisiones como consumidoras”, señaló Saad.

“Nuestra investigación ayuda a resaltar el momento en que las mujeres son más vulnerables a sucumbir a tentaciones cíclicas de alimentos ricos en calorías y productos para mejorar el aspecto. Estos hallazgos pueden ayudar a las mujeres a tomar decisiones por sí mismas en lugar del antiguo bulo del determinismo biológico”.

Una aplicación (app) para smartphones relacionada con el consumo podría ayudar a las mujeres a rastrear sus vulnerabilidades diarias de compras al alertarlas sobre ciertos días de alto riesgo en su ciclo, sugirieron los autores del estudio.

El estudio aparece en una edición reciente de la revista Journal of Consumer Psychology.

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