Son casi las seis de la mañana, usted se levanta y descubre
que su hijo, de nuevo, pasó la noche sin dormir tecleando frente a la
pantalla del computador. Eso sucede porque niños y adolescentes ya están
acostumbrados a tener en Internet un medio para relacionarse con otras
personas sin ser juzgados por la apariencia, la ropa o el lugar donde
viven.
Según la sicóloga Claudia Finamore la inmediatez en la comunicación y
la facilidad de acceso a Internet llaman la atención de los más chicos.
“Todo es instantáneo, con la velocidad adecuada a la impaciencia de los
jóvenes”, asegura. Sin embargo, abusar del uso de la Internet puede
aislar a los niños y adolescentes de relaciones normales con chicos de
su misma edad. De acuerdo con la especialista, el cuadro se torna
preocupante cuando el niño empieza a dejar de lado otras actividades
para dedicarse a navegar por la Red.
¿Existe realmente un problema?
Es muy común que los padres se quejen del tiempo que los hijos
emplean navegando en Internet. Como explica la sicólogo Finamore, la
relación entre tiempo y uso y uso de Internet es diferente según el
punto de vista de los padres o los hijos. Igual como sucede con el
tiempo que se le dedica a los juegos, por ejemplo.
“En general los niños suelen estar focalizados en el aquí y ahora,
con objetivos lúdicos. En cambio los adultos están preocupados por el
estudio del niño, por su desarrollo en la vida adulta”, afirma la
experta.
Por ejemplo, su hijo se conecta a Internet sólo los fines de semana,
para entrar en contacto con los amigos, chequear sus e-mails o
investigar sobre un tema determinado. En ese caso, ¿será que es
necesario estar detrás de él para controlarle el tiempo que pasa
navegando o chateando?
La terapeuta asegura que la percepción de los padres ante el
desempeño escolar y el contacto social, será determinante en estos
casos. “Si el niño o niña concilia bien su interés por Internet con su
escuela y sus amigos, no hay motivos para preocuparse”, concluye.
Todo en su medida
Imponer algunos límites facilita el uso de Internet, pero sin afectar
el día a día de su hijo. La sicóloga Finamore afirma que dejar la
computadora en un área común de la casa es una buena táctica para
establecer límites y hacer que el uso de Internet sea algo abierto y
franco. “De esa forma, los chicos navegan expuestos a las miradas de los
adultos, lo que inhibe las visitas a sitios inadecuados y también
facilita el control del tiempo dedicado a Internet”.
Dé el ejemplo
¿Usted pasa muchas horas online? Si la respuesta es afirmativa, lo
más probable es que sus hijos sigan el ejemplo y también quiera
instalarse horas y horas frente a la computadora.
La sicóloga insiste en que el comportamiento de los padres sirve de
modelo a los hijos. “Por eso los padres deben reflexionar sobre cómo
utilizan la Internet y adecuar el uso personal que hacen de su tiempo
frente a la computadora, en función de lo que desean transmitirle a los
hijos”.
Respetando la privacidad
Querer leer los e-mails de los hijos y averiguar qué conversaciones
manteienen en los chats, debe hacerse considerando la edad del niño. “Un
chico de cinco o seis años no debe tener libre acceso a Internet, y
requiere un monitoreo más cercano”, dice la sicóloga. Sin embargo, al
llegar la adolescencia, la necesidad de privacidad de los jóvenes es
mayor. La conversación abierta y sincera es importante y necesaria y
permite que los padres acompañen a sus hijos sin invadir sus espacios.
Fuente: Yahoo
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