¿Permitir que un niño o adolescente se vuelva
extremadamente obeso puede ser calificado como abuso infantil por parte
de sus padres?
Expertos en salud de Reino Unido creen que esta
interrogante, aunque de difícil respuesta, debe ser considerado más
seriamente. Casos recientes como el de Aberdare los han llevado a
plantearse nuevamente el tema.
Hace algunos meses, en esta
localidad ubicada en el sur de Gales, tuvo lugar una escena dramática.
Un grupo de bomberos debió entrar a una casa para rescatar a una joven
de 19 años, pero no del fuego.
La adolescente necesitaba un tratamiento médico
urgente pero no pasaba por la puerta de su hogar debido a su peso, 318
kilos. La solución fue derribar una pared para poder llevarla al
hospital.
Doctores y trabajadores sociales estaban listos
para tratar a la paciente, pero muchos dentro y fuera de Aberdare se
preguntaron por qué nadie tomó medidas preventivas -como poner a esta
joven bajo un cuidado especial- antes de llegar a esos extremos.
Negligencia
"Mi punto de vista es que la obesidad infantil
debería ser tratada como una forma de abuso, tal como se considera a
cualquier clase de malnutrición", le dijo a la BBC Joanna Nicholas,
experta en temas de protección infantil que se ha desempeñado durante 17
años como trabajadora social.
"Si un niño es obeso, es una suerte de abuso por
el impacto físico y psicológico que esto provoca en su vida y las
implicaciones en su salud futura. Siempre escuchamos que estos niños ya
ni siquiera dejan su casa. Se quedan encerrados comiendo porque su
existencia es tan miserable que nadie quiere su amistad", añadió.
"Siempre escuchamos que estos niños ya ni siquiera dejan su casa. Se quedan encerrados comiendo porque su existencia es tan miserable que nadie quiere su amistad"
Joanna Nicholas, trabajadora social
Nicholas atendió personalmente seis casos de niños en los que su obesidad jugaba un papel fundamental.
"En un caso los padres sufrían de obesidad
crónica y su punto de vista era que no había ningún inconveniente con su
hijo que ameritara nuestra intervención". afirmó Nicholas.
"Al principio, el niño fue puesto bajo
protección social, pero debido a que la familia no aceptaba que existía
un problema terminamos en los tribunales. Finalmente, la corte decidió
que el niño fuera retirado de la custodia de sus padres".
No existe en Reino Unido una cifra oficial sobre
cuántos niños han sido puestos bajo la custodia del Estado debido
principalmente a su obesidad.
Esto se debe a que las audiencias en los
tribunales de familia raras veces llegan a la prensa debido a
restricciones legales. Aunque las autoridades locales tienen el deber de
recoger esta información, los casos de obesidad suelen perderse en
definiciones más generales como negligencia.
Diferencia de criterios
¿Pero qué dicen los manuales oficiales sobre la posible intervención de un trabajador social en uno de estos casos?
"El criterio fundamental es si existe un daño
grave al desarrollo del niño y si este daño se debe al comportamiento de
los padres o tutores del menor", le explicó a la BBC Colin Green, de la
Asociación de Directores de Servicios Infantiles.
"También se debería consultar con médicos, ya
que el conocimiento propio de un trabajador social no es totalmente
competente para juzgar en términos precisos el impacto en la salud",
agregó.
A lo largo de la investigación, la BBC comprobó
que la interpretación de estos casos varía considerablemente según la
autoridad local.
Por ejemplo, hasta el momento el caso de la
joven de 19 años en Aberdare no ha llegado a los tribunales, mientras
que historias menos extremas han terminado en audiencias frente al juez.
El tiempo que los trabajadores sociales le
conceden a la familia para revertir el problema de obesidad de sus niños
también varía considerablemente. En un caso, las autoridades esperaron
cinco años antes de tomar cualquier acción, en otro, amenazaron con
tomar acciones luego de pocos meses.
¿Por qué esta inconsistencia?, le preguntó la BBC a Colin Green.
"Existen diferencias porque las circunstancias
que rodean a cada niño o adolescente son significativamente diferentes.
Uno no puede seguir una norma que diga que cierto índice de masa
corporal convierte la situación de un niño en una cuestión de protección
social".
"Creo que los trabajadores sociales necesitan
guiarse por menos manuales y estar más focalizados en el desarrollo de
un criterio profesional", concluyó la funcionaria.
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