Si la delgadez es tu problema, usa prendas con telas pesadas,
texturas y estampas, que crean un efecto más fortachón y hasta
saludable.
Vístete por capas: remeras de varios largos, cardigans y chaquetas.
Sumá grosor con accesorios como foulards o collares. Los sweaters con
doble abotonadura te ensanchan el torso.
2. ¿Tienes sobrepeso?
Dile ‘no’ a los cuellos redondos, a las rayas horizontales y a las
musculosas con tirantes finitos. Para destacar lo mejor, que tus mangas
terminen en las zonas más delgadas (las muñecas) y las faldas la altura
de los tobillos, nunca en las pantorrillas.
Usá cuellos en V y evita la ropa floja. El color negro te salva, pero
el azul marino es igual de favorecedor y evita que te confundan con un
monje benedictino.
3. ¿Eres demasiado alt@?
Nada de vestirte con colores muy fuertes, que sólo logran que todos se den vuelta apenas entrás en una habitación.
Si rara vez los jeans te quedan bien de largo, para que no se note a
primera vista evitáa los cotratonos en las medias: pantalón azul-
medias azules.
4. ¿Eres muy bajit@?
Haz como Nicolás Sarkozy y Tom Cruise y compra zapatos con
plataformas escondidas. Alejate de bermudas, shorts y pantalones capris y
dale para adelante con los jeans rectos al ras del piso, pues alargan
la figura.
Abusá de peinados altos, marcá la cintura con chaquetas. Optá por un
vestuario monocromático que evitar que el cuerpo quede ‘cortado’ en
partes.
5. ¿Tienes la espalda ancha?
Consejo para chicas: no usen modelos strapless.
Eviten las rayas horizontales, las musculosas con tiritas finas y los
jeans chupines (generan un feo efecto de cono de helado).
Tus mejores aliados son los tirantes anchos. Buscá un balancear tu cuerpo con una falda tipo A, amplia y con movimiento.
6. ¿Tienes panza?
Para disimularla, desviá la atención. Usa remeras con estampas en el pecho (ellos) y cintos anchos y modelos drapeados (ellas).
Nada de llevar camisas ni blusas adentro del pantalón que creen
rollos extra. También desechá el modal y todo género demasiado
elastizado.
7. ¿Tienes el trasero grande?
Portador involuntario de una parte inferior… generosa. Fuera las
pinzas, los bolsillos chiquitos o cualquier tipo de detalle que señale
más de lo necesario la zona en cuestión.
Evita que las prendas terminen justo sobre la cadera. Busca un
equilibrio: colores discretos en la mitad baja y que la atención vaya
directamente (por escotes, estampas o colores brillantes) a la parte
alta.
8. ¿Eres narizón o narizona?
Lleva la atención hacia el pelo (si aún lo tenés) o con ropa de colores brillantes.
Mujeres, a aprovechar las bondades de unos ojos bien maquillados o de unas cejas más pobladas (delineador, a full).
9. ¿Tronco corto?
La ropa nunca te queda bien, siempre te faltan cinco para el peso.
Ayudate: alargá visualmente tu torso usando cintos a la altura de las
costillas, así creas una cintura ficticia que en segundos hace que tus
piernas se vean más largas y estilizadas.
Elige escotes en V y chaquetas entalalladas.
10. ¿La cara no te ayuda?
En un mundo donde entre ‘feo’ y ‘exótico’ hay una línea tan delgada,
¡a abusar de ello! La frente ancha se disimula con un buen flequillo y
una cara desastrosa se anula con un par de lentes modernos,
‘interesantes’. Y ni hablar el efecto de distracción que genera un
peinado singular. Si vamos a llamar la atención, ¡que sea a lo grande!
No hay comentarios:
Publicar un comentario